"¡Hola! soy Ana, tu vecina de la tienda de moda. ¿Te gustaría venderles a mis clientas?"





"¡Hola! soy Ana, tu vecina de la tienda de moda. ¿Te gustaría venderles a mis clientas?"

Cuando le explicabas algo a Ana, salía corriendo a hacerlo antes de que acabaras. Nunca he visto a nadie con tanto ímpetu. …y trabajar con alguien así es una suerte inmensa.

Esa frase fue la primera que escuchó Mónica, la dueña de la tienda de calzado que estaba apenas a doscientos metros de la boutique de moda de Ana, al descolgar el teléfono.

El proyecto Esencia de Mujer comenzó como una asociación puntual de cuatro comercios para una campaña de navidades, hace un par de años.

Ana y Mónica se dieron cuenta de que en estas fechas hay cenas de empresa y celebraciones a las cuales acudían la mayoría de sus clientas. Si una de ellas buscaba un vestido para ese evento, lo siguiente, casi siempre, era buscar un par de zapatos que combinaran con ese vestido. Aunque a veces el orden era el inverso.

Era lógico que se asociaran para que las clientas que compraran a una de ellas tuvieran una recomendación para comprar en el establecimiento de la otra. Incluso plantearon ofrecer un descuento mutuo por cada clienta que comprara en las dos tiendas.

Pero no se quedaron ahí. Contactaron con Marisa, que tenía una muy recomendada peluquería a la que acudía un buen número de clientas en esas fechas, para hacerse un bonito y elegante peinado para algunos eventos y cenas de empresa. El perfil de clienta mayoritario de los negocios era similar; mujeres de entre 35 y 55 años, trabajadoras por cuenta propia y con un poder adquisitivo medio, medio-alto y alto.

Además, quisieron buscar un salón de tratamientos de estética y encontraron a Isabel, que regentaba un establecimiento especializado con varios tratamientos de moda muy innovadores, así que el circulo se había cerrado. Las cuatro eran la solución perfecta para toda aquella mujer que quisiera asistir a un evento y causar una excelente impresión. 

Lo que idearon fue un eslogan que las representara y después de darle varias vueltas al asunto decidieron que éste seria “Esencia de Mujer”.
Esta asociación de cuatro establecimientos ya de por sí tenía la suficiente consistencia como para generar una repercusión interesante, pero además quisieron ir un paso más allá.

Elaboraron unos tarjetones que se entregaban en sus comercios cuando una clienta realizaba una compra. Este tarjetón ofrecía un descuento en la siguiente tienda al presentarlo, y ese descuento aumentaba al realizar una compra en el siguiente. Es decir, era un descuento progresivo. Pero, por si fuera poco, quisieron dar una recompensa en agradecimiento a las clientas que compraran en los cuatro establecimientos.

Este premio era otro tarjetón muy especial y elegante que suponía que, a lo largo de un año, la poseedora podría solicitar una sesión personalizada de Pretty Woman solo para ella. Cuando la clienta quisiera utilizarlo, las cuatro expertas en sus respectivos campos estarían una tarde entera a su disposición para hacer las pruebas que fueran necesarias y encontrar los looks que más favorecieran a la clienta, hacerle propuestas en cuanto a su imagen personal, etc.

Lo que consiguieron con esto fue fidelizar aún mas a un buen número de clientas que después de pasara por sus manos no se atrevían a realizar sus compras en otros establecimientos, porque, a fin de cuentas: ¿Quién iba a conocer mejor lo que les sentaba bien y lo que más les favorecía que este grupo de mujeres expertas?

El remate de todo esto era que incluso había unos packs que un marido podía regalar a su esposa, con lo cual sería entendida por las cuatro profesionales como regalo de cumpleaños, aniversarios, etc. Esta opción se comercializó a través de canales dirigidos solamente a hombres como propuesta de regalo para quedar excelentemente con una mujer. 

Para el lanzamiento del proyecto hicieron una muy buena campaña en redes sociales y en la radio de la ciudad. Incluso se hicieron fotos juntas muy divertida sen las que las cuatro posaban como si fueran los Ángeles de Charlie. Encargaron los tarjetones y un photocall que utilizaron en los eventos de lanzamiento de la iniciativa.

Realizaron una presentación en cada uno de los cuatro locales con una semana de diferencia, en los que cada una de ellas invitaba a todas sus clientas a asistir al evento y conocer a las otras participantes. El incentivo por asistir a esos eventos era, además de unos descuentos especiales durante el mismo, una charla de una ponente diferente cada vez sobre temas relacionados con la mujer (imagen personal, autoestima, el papel de la mujer en la empresa, como emprender siendo madre, etc.)

La prensa local se hizo eco de todo ello y dada la repercusión que iba cogiendo el asunto decidieron invitar a sus últimos eventos a representantes de la concejalía de comercio, miembros de algunas asociaciones empresariales, etc.

La iniciativa tuvo éxito, evidentemente, pero ocurrió algo con lo que no contaban. Al año siguiente, otras mujeres profesionales de varios sectores les llamaban para participar en Esencia de Mujer, tanto como establecimientos asociados como ofreciéndose para las charlas como asesoras para la mujer. Esto dio como resultado un proyecto mucho más motivador aún, si cabe. 

El proyecto Esencia de Mujer, se transformó en un club de mujeres con mucha ilusión, donde había una profesional de cada ramo experta en su profesión: una abogada, una diseñadora, una arquitecta, una cocinera de renombre, una fotógrafa, una planificadora de eventos, etc… Y ese equipazo compuesto por una veintena de mujeres se propusieron trabajar para impulsar el crecimiento de otras mujeres ayudándolas a emprender, emponderarse y atreverse a poner en marcha sus propios proyectos, siempre con el apoyo y el asesoramiento de todas las demás.

Incluso editaron un libro donde se contaba la historia de cada una de ellas como ejemplo de superación, que regalaban a sus mejores clientas. Además, empezaron a vincularse con diferentes ONG´s que trabajaban con mujeres en situación de exclusión social o sin recursos a las cuales ofrecían su colaboración.

La idea inicial de una asociación puntual de cuatro comercios para intercambiar clientas y aumentar las ventas dio paso a un grupo de mujeres excepcionales que servían como inspiración a muchas otras.

Cuando mentes positivas se juntan para poner en marcha algo interesante no deben ponerse límites. Nunca se sabe a dónde pueden llegar ni a cuantas otras mentes servirán de inspiración.


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