Los roles del cliente en el proceso de compra
Llevé a Javier a un curso de técnicas
de venta avanzadas que dábamos para la plantilla de comerciales de un
concesionario de vehículos.
Preparamos el escenario y les dije a los alumnos
que lo observaran a él, y que observaran atentamente todo lo que sucediera
desde ese momento en adelante.
Javier no sabía lo que iba a pasar,
pero estaba sobradamente preparado para atender a cualquier perfil de cliente. Se
sentó en su mesa y esperó mientras repasaba un catálogo de coches. Cuando la
puerta se abrió aparecieron seis actores cuyos papeles se habían acordado
previamente sin que Javier supiera nada de todo eso, por supuesto.
Los saludó cordialmente uno a uno, se
presentó y les sugirió que le acompañaran para charlar un momento, porque
quería entender perfectamente qué estaban buscando.
Su despacho solo tenía una mesa de
oficina pequeña con dos sillas, así que saltándose el guion acertadamente los
acomodó en la mesa de reuniones que el director tenía en el suyo. Todos los
alumnos fueron entrando en aquel despacho y colocándose cerca de las paredes
mientras tomaban notas.
Durante unos minutos Javier hablo en
general para todos y después directamente con cada uno de ellos. Les hizo
preguntas generales sobre de dónde venían, provocó alguna equivocación absolutamente
intencionada para romper el hielo y hacer que los clientes se rieran, buscó
puntos comunes con casi todos ellos, explicó solo unas características técnicas
a dos de ellos, generó imágenes mentales del disfrute que el nuevo coche
supondría a uno de ellos en concreto, dio unos breves pero contundentes argumentos
sobre seguridad del vehículo a otro de ellos, y casi queda para comer con las
dos personas más mayores, porque sus padres eran de la misma zona de España y
echaba de menos la comida de aquellas tierras.
Al terminar el teatro de ventas pedí a
los alumnos que me dijeran la razón de por qué Javier había tratado de manera
diferente a cada uno de ellos.
Javier era un magnífico entrenador de
técnicos comerciales y no defraudó. La sesión la tengo grabada y la utilizo
siempre que hay ocasión en mis sesiones de formación.
En una venta pueden detectarse hasta
seis roles, aunque hay quien añade alguno más. Lo que pasa es que varios de
esos roles pueden recaer en la misma persona e incluso todos en una cuando el
cliente acude él solo a realizar la compra.
En este caso
cada uno de los seis actores representaron un rol bien diferente.
Miguel, que
era el más joven, iba a poder disfrutar de un coche nuevo para ir y venir de la
universidad pues acababa de matricularse y le pillaba un poco lejos. (Era el
usuario).
La madre de Miguel
es quien era quien se había empeñado en que lo tuviera para que no dependiera
de los autobuses y así facilitarle los desplazamientos. (Es la iniciadora).
El padre era
quien elegiría el modelo, porque le gustan mucho los coches y quiere elegir el
más adecuado para su hijo, sobre todo en temas de seguridad. (Evidentemente era
el decisor).
Trajeron a
Carlos, que aunque callado y en segundo plano, lo observaba todo atentamente e
hizo unas preguntas técnicas. Resultó ser el mecánico de toda la vida de la
familia y le pidieron que los acompañara y opinara sobre qué vehículo era más
fiable y sobre todo más fácil de reparar. (Era el influenciador).
Los acompañaba
Doña Concha, que era la abuela materna, y era quien regalaría el coche a su
nieto con un dinero que tenía ahorrado. (Por supuesto ella era la pagadora).
Sebastián,
que es el marido de Concha y abuelo de Miguel, firmará los papeles y realizará
el pago de la entrada con la tarjeta, porque Concha no ve muy bien. (Era el
comprador material).
Un psiquiatra amigo mío tenía una
máxima: “Da a cada uno lo que necesita, porque si no se lo das, lo estará
reclamando hasta que lo consiga, y a veces puede hacerlo de una manera hostil
si ve que no se le reconoce.”
De lo que se trata en la venta, es de reconocer qué
rol desempeña cada una de las personas que acuden a realizar una compra en
grupo, y darle la valoración, el afecto o la información que requiere.
Javier, entre la charla informal que parecía
orientarse aleatoriamente y unas cuantas preguntas, averiguó perfectamente que
rol cumplía cada uno. Los alumnos no entendieron algunas de las preguntas al
inicio, o por qué el comercial orientaba la conversación aparentemente sin
rumbo, pero una vez superada la fase de generación de confianza y viendo como
actuaba, les quedo claro el sentido de todo.
Cuando más tarde los alumnos le preguntaron a Javier por
qué no se lanzó a la venta de cabeza y perdió tiempo en descubrir quien era
cada uno de los actores les dijo:
“Porque podría haberle contado detalles técnicos a
quien no entiende ni papa de eso. También podía haberle hablado de la sensación
de disfrute del coche a quien no lo va a usar, o de las facilidades de pago a
quien no va a poner ni un céntimo. Cada uno requiere un tratamiento y todos han
de ser reconocidos por el comercial y deben tener su importancia en todo el proceso.
Nadie se debe sentir incómodo. Me tengo que ganar al influenciador, pero si
ignoro al decisor o molesto al pagador, la venta corre riesgo de no realizarse.”
Esto no garantiza que la venta se realice. Pero en
este concesionario, cada uno de los miembros del grupo se habrán sentido
reconocidos, valorados y tratados el cariño que les corresponde.
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